CÓMO SUPERÉ EL ECCEMA ATÓPICO TRAS 38 AÑOS DE SUFRIMIENTO

Me llamo Roman Sokola y padezco eccema atópico desde mi niñez.
Cada vez se manifestaba de una manera diferente: me picaba todo el cuerpo, tenía grandes ampollas en la piel, caspa... Se me descamaba la piel y otras veces me supuraba y se me formaban costras. Por la noche, a veces, me rascaba las costras hasta que me salía sangre, por lo tanto, después me dolía aún más.
La parte más afectada era mi cara, lo cual hizo que tuviera una pubertad algo delicada. Me avergonzaba de mi aspecto y pensaba que no le podría gustar a los demás. Fue algo que me marcó.
Mis padres intentaban ayudarme de todas las maneras posibles. A menudo utilizaban cremas con corticoides. Por aquel entonces todavía no se sabía que su prolongado uso podría afectar de manera negativa al organismo...
A medida que iba cumpliendo años, empecé a interesarme más por el eccema. Cuando descubrí qué eran los corticoides, dejé de utilizarlos radicalmente. A pesar de eso, unos años más tarde descubrí que tenía cataratas, osteoporosis y osteopenia. A los 30 años tenía más enfermedades que las que suele tener una persona con más de 50 años. Por momentos era duro, pero no me rendí.
Me tomaba el eccema como parte de la vida, pero quería ganarle la batalla.
Probaba cualquier cosa - cremas, leches corporales, lociones, pastillas, estancias en la playa, curanderos, homeópatas, baños, diferentes terapias... Algunos remedios me ayudaron a corto plazo, otros nada y, a veces, incluso me empeoraba el eccema. Un ejemplo de esto fue en octubre de 2015.
Fui a la farmacia y la farmacéutica me preguntó si quería probar un nuevo producto, se trataba de una leche corporal. Por un momento dudé ya que no era muy barato, pero al final decidí comprármelo. Compré directamente dos botes.
Tras la primera aplicación, me empezó a arder la piel y pensé que había vuelto a tirar el dinero. En el prospecto ponía que el ardor era algo normal porque el tratamiento penetra en las capas más profundas, pero que en unos días desaparecería. El ardor desapareció y terminé el primer bote. No vi ninguna mejora.
Hoy en día doy gracias por haberme comprado esos dos botes. Comencé a utilizar la loción tres veces al día y, de repente, ¡comenzó a desaparecer el eccema! Me pareció sorprendente, un cambio así lo había visto únicamente tomando corticoides. Días más tarde el eccema había desaparecido por completo y dejé de utilizar la loción.
Unos días más tarde, poco a poco, el eccema comenzó a aparecer de nuevo. Estaba muy enfadado y contacté con el fabricante. Me atendió directamente el propietario de la marca y me explicó que se trataba de algo normal. La loción hace que la piel se cure rápidamente, pero como la piel tarda de 4 a 8 semanas en regenerarse, es necesario seguir con el tratamiento. Por lo tanto, continué aplicándome la loción y, tras dos meses, mi piel se había curado.

A día de hoy el eccema no ha vuelto a aparecer. Continúo aplicándome la loción comométodo de prevención.
A partir de entonces, investigué todo lo que pude sobre la leche corporal y la crema. Se trata de un compuesto patentado, compuesto por lanolina de alta calidad proveniente de Japón, zink de Italia y talco proveniente de Finlandia. El especializado proceso de fabricación hace que los elementos se unifiquen de tal manera, que obtienen un efecto curativo muy elevado, mucho más alto que cualquiera de los elementos por separado. Y mucho mejor que lo que había visto nunca.
Confío en la efectividad de estos productos y deseo que ayuden a otras personas que padezcan eccema atópico, tanto como me ayudaron a mí.
Para darlos a conocer, creé una empresa y los ofrezco de manera online.
Con deseos de tener una piel sana,
